El Entrenador cebolla

Oyendo las manidas frases de los protagonistas del fútbol -aquellas como "el fútbol es así", "no hay rival pequeño",..-, o las ruedas de prensa de cualquier deporte profesional con cierto tirón mediático, me viene a la cabeza una reflexión que quiero compartir con vosotros.

¿Cuántas veces te has sentido invadido en tu integridad como entrenador cuando te han realizado una pregunta o te han dado una valoración sobre tu trabajo?


Conocemos a entrenadores que le han "exigido" cambiar el sistema de juego como condición para continuar siendo el entrenador.

Supongo que esos entrenadores le han supuesto una grave invasión en una de sus últimas capas, cual cebolla que va perdiendo progresivamente su protección, poco a poco, capa a capa, hasta llegar a perder su propia identidad como hortaliza.

Pero, ¿cuáles son tus capas de protección? ¿Qué argumentas cuando las cosas no van bien y te sientes invadido por seres internos (jugadores-directivos) o externos (prensa, opiniones, aficionados,...)?


Normalmente, y haciendo uso de las más clásicas, estas son las primeras capas que los entrenadores cebolla desprenden con cierta facilidad, al no ver afectada su integridad (son como las piel oscura que protege la cebolla y que sale con apenas tocarla):

1. La más utilizada suele ser "la mala suerte", en forma de bruja que persigue tu equipo y todo lo convierte en negativo (lesiones, problemas en los viajes, dificultades en las instalaciones,...) 






2. Los árbitros, normalmente acusados de ser responsables de la derrota del equipo, basándonos en decisiones puntuales, más o menos numerosas que "siempre" actuaban en perjuicio nuestro.






3. El tiempo de entrenamiento. Capa protectora que permite argumentar la falta de rodaje de un equipo, de incorporación de un jugador nuevo - o salido de una lesión-, la llegada del propio entrenador,...  




Después de estas tres capas (puede haber algunas más) -que vienen más o menos a ser superficiales-, comienzan a aparecer las capas más profundas, lo que podríamos denominar "la cebolla en sí misma"; es decir, la propia integridad del entrenador. De ser arrancadas hacen que éste se sienta invadido seriamente, afectando a su trabajo, valoración y profesionalidad. Veamos algunas de ellas:

4. El juego del rival, normalmente acusado de juego sucio en los casos más burdos, o de superioridad en los casos más humillantes para el jugador-aficionado-directivo.






5. El mal juego propio, utilizada en primera persona del plural normalmente -nosotros- con la que se detallan toda una retahíla de errores, fallos y cadena de despropósitos realizados en un partido -normalmente utilizando para ello las estadísticas. 





5. Confianza de la directiva. La cebolla comienza a desintegrarse gravemente cuando un entrenador utiliza esta capa como argumento para defenderse ante los malos resultados. Culpar a agentes externos en el juego -aunque internos en su quehacer-, puede ser entendido como un pulso casi siempre perdido de antemano.




6. Acusar a un jugador, capa muy peligrosa, puesto que pone en tela de juicio -además de tu capacidad como gestor de grupo- tu profesionalidad. Sacar a la luz las diferencias con un jugador, o dudar de su nivel, es casi con toda seguridad una invitación a la rotura del clima del equipo. Si ese jugador es importante en el club o equipo, por su coste o historia,  la guerra es muy difícil de ganar, y es una capa que te supone casi tu desaparición.


7. Nivel del equipo, capa cuasi definitiva, puesto que dudar de la idoneidad del grupo en su totalidad, o en su mayoría te separa del equipo, y te pone al pie de los caballos de la directiva, que posiblemente recurra a lo más fácil - no siempre lo más justo- el despido del entrenador. Por tanto, utilizar esta capa le supondrá al entrenador cebolla su renuncia casi absoluta a seguir trabajando en ese club. 



8. Competencia del entrenador, capa casi invisible por lo poco vista, pero que además de un ejercicio infinito de humildad, supone la aceptación al despido, la renuncia a seguir trabajando con ese equipo. Y lo más importante, la decisión de asumir una más que posible decadencia en tu currículum deportivo. Es sin duda la capa que hace desaparecer la cebolla, la que te descubre en tu totalidad.




9. Interpretación interesada de las estadísticas: A petición de mi amigo (Varis -Evaristo Pérez), incluyo esta capa que bien es cierto es utilizada por algunos para aprovechar la herramienta y los datos que ofrece la estadística de forma que parezca que son ellas quienes justifican, razonan y hasta argumentan -mejor incluso que el propio entrenador- la derrota. Frases como hemos cogido menos rebotes que ellos, nos han pitado más faltas, o alguna interpretación sobre la valoración de uno u otro jugador, son excelentes excusas de un auténtico entrenador cebolleta.







Insisto que de un análisis más profundo podrían salir muchas más capas, utilizadas como protección del entrenador cebolla, y que os invito a compartir en el twitter @MiguelMartinL o en Facebook (Coach y Entrenadores). No obstante, como herramienta de reflexión me parecen suficientemente evidentes para que -al menos- pensemos en las excusas que utilizamos antes de la más humilde de todas, aquella que hace referencia a nosotros mismos y nuestro nivel de competencia o capacitación. 

Gracias por leer mis reflexiones.    Recuerda que si haces clic en los anuncios me ayudas a mantener el blog. Gracias

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